Un niño sin rumbo y un padre roto por el dolor: el encuentro inesperado que transformó una vida… o quizá dos Llueve. No lo suficiente para hacer correr a la gente, pero sí lo justo para empapar la ropa, colarse por las rendijas del alma y acentuar esa tristeza que a veces flota en el aire de la ciudad los domingos por la tarde. /btv1

Un niño sin rumbo y un padre roto por el dolor: el encuentro inesperado que transformó una vida… o quizá dos Llueve. No lo suficiente para hacer correr a la gente, pero sí lo justo para empapar la ropa, colarse por las rendijas del alma y acentuar esa tristeza que a veces flota en el aire de la ciudad los domingos por la tarde. /btv1

Las calles están vacías. Solo un niño permanece de pie, flaco como un palo, con la ropa mojada pegada al cuerpo y los pies desnudos…