La sirvienta negra yacía en el suelo con el bebé dormido entre sus brazos, cuando Nathaniel Blake irrumpió en la habitación.
—¡Maldita sea! ¿Qué demonios crees que estás haciendo? Sucio. Asqueroso. Eso es algo que no tocas. Lo sirves. Lo vigilas. Pero nunca lo sostienes. La…