Para agradecerle al exprisionero por salvar a su hija, el millonario la contrató como empleada doméstica. Sin embargo, tras instalar cámaras en la casa, quedó horrorizado por lo que vio. /btv1
Lyuba despertó del frío gélido. Su vieja chaqueta, un trapo deformado hacía tiempo, ya no la abrigaba. El otoño se avecinaba con paso firme: las…