En el funeral de mi padre, su perro no paraba de ladrarle al ataúd. Pensé que solo estaba de luto hasta que algo me hizo levantar la tapa. Dicen que los perros pueden sentir lo que nosotros no. Nunca lo creí. Hasta el día que casi enterramos vivo a mi padre. /btv1
Dicen que los perros perciben cosas que nosotros no podemos percibir. Nunca lo creí, hasta el día que enterramos a mi padre. Había llovido la…