El niño de 6 años murió en el lago del pueblo, pero toda la comunidad lo buscó durante 3 días y 3 noches sin encontrarlo… /btv2
Todo el pueblo de San Gregorio, un rincón tranquilo en el norte de Jalisco, se llenó de angustia cuando un niño de 6 años desapareció misteriosamente una tarde calurosa de verano. Se decía que el pequeño Emiliano había salido, como siempre, a jugar cerca del lago del pueblo… pero esa vez no volvió.
Cuando apareció una de sus pequeñas sandalias flotando sobre la superficie del agua, todas las sospechas recayeron sobre el lago. Se buscó cada centímetro del lugar durante 3 días y 3 noches: perros entrenados, buzos, e incluso personas con “conocimiento espiritual” fueron llamados. Pero… nada.
— “El lago no es profundo, ¿cómo es que no aparece?
¿Y si lo secuestraron?” — murmuraban los vecinos.
Una semana después, mientras la familia se preparaba para hacerle la ceremonia de “llamado del alma”, el vecino de al lado —cuya casa daba al lago— de pronto recordó:
— “Mi familia instaló una cámara frente al portón para vigilar el huerto… quién sabe si grabó algo ese día.”
Toda la familia, junto con la policía del municipio, se sentó a ver el video de la tarde en que Emiliano desapareció. Todos contenían la respiración.
Y lo que se vio en ese video… dejó sin palabras a sus padres.
En el clip, algo borroso pero con hora marcada a las 5:21 p.m., se ve a Emiliano corriendo feliz con una pelota roja en la mano, jugando junto a la orilla del lago.
Pero entonces —no tropezó ni cayó por accidente, como todos creían—…
…una figura alta —el tío de Emiliano, su propio tío César— aparece de repente detrás de él, lo empuja con fuerza al agua… y luego se queda mirando por unos segundos, en silencio, antes de darse la vuelta y marcharse.
El video no tenía sonido, pero la expresión fría e imperturbable del hombre bastó para que todo el pueblo se estremeciera.
Por culpa de ese empujón violento, el niño fue arrastrado hacia el remolino en el centro del lago —un lugar donde una corriente subterránea lo llevó hasta una grieta rocosa profunda, fuera del mapa geológico antiguo—, lo que hizo imposible encontrar su cuerpo en los primeros días de búsqueda.
Tras el impacto, César fue arrestado de inmediato, mientras los padres de Emiliano cayeron al suelo, en shock total, con la mirada perdida:
— “¿Por qué…? ¿Por qué fue mi propio hermano…?”
La investigación posterior reveló la verdad: César había pedido dinero prestado a prestamistas ilegales, y planeaba obtener un acta de defunción falsa de Emiliano para heredar la casa que estaba a nombre del niño. Desesperado, eligió la forma más cruel de “resolver el problema”.
El lago de San Gregorio seguía ahí, sereno.
Pero desde aquel día, nadie se atrevió a acercarse en las tardes.
No por leyendas o apariciones…
Sino por la verdad aterradora que había quedado expuesta tras esa superficie tranquila:
una traición surgida de la misma sangre.
“Lo más aterrador… no es la profundidad del lago.
Sino la superficialidad del corazón humano.”